COMUNICADO
En nuestra sociedad, enferma de violencia, de confrontación extrema y de promotores de retaliación y de venganza, acabamos de presenciar un hecho que revela sensatez, sentido común y amor por el país. El Ministro de la Salud, Carlos Alvarado, ha suscrito un Convenio a tres con Julio Castro, prestigioso médico infectólogo, asesor de Juan Guaidó, y con la Organización Panamericana de la Salud para conjuntamente desarrollar líneas prioritarias de atención a la pandemia COVID 19.
En virtud del convenio se fortalecerá el enfoque profesional para atender los casos asintomáticos, el proceso de la cuarentena, la protección al personal de la salud y desarrollar mecanismos de vigilancia epidemiológica. El convenio incluye la tarea de buscar recursos financieros con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud.
Las partes están dando un muy buen ejemplo. El Ministerio de Salud buscando asesoría calificada e incorporando recursos institucionales valiosos para atender la emergencia. El Dr. Julio Castro, reconocido infectólogo, siendo consecuente con su vocación de toda una vida y poniendo sus conocimientos al servicio de la causa nacional. Y la Organización Panamericana de la Salud sorteando parroquialismos y el debate rastrero de la confrontación extrema para poder dar asistencia a un país necesitado de ella.
Mientras el país recibe esa grata y ejemplar noticia, algunos voceros tratan de sacarle el jugo al acontecimiento alardeando sobre el “reconocimiento” que la otra parte en conflicto hizo de su supuesta o real entidad política. Las partes firmantes del Convenio aportando sustantivamente al país y estos declarantes en lo suyo: disminuyendo al contrario; intrigando; hablándole al mercado cautivo de fanáticos. Otros, criticando amargamente porque una parte se rebajó a sentarse con la otra. En fin, este episodio pone frente a frente a dos mundos, dos culturas, una que cree en la cooperación y en los acuerdos para alcanzar resultados concretos en beneficio de la comunidad y otra, la de la intriga, el odio y la disminución del contrario , cultores de declaraciones retrecheras que advierten que “tuvieron que reconocernos”. Ya dirán esos enfermos de odio que el Dr. Castro es un colaboracionista, o que el ministro Alvarado es un escuálido disfrazado. Se han encontrado en este trance el pasado deshilachado, gastado, representado en los promotores de conflictos y en los que quieren demostrar que el otro se rajó y el presente que comienza a alumbrar el camino con acuerdos y entendimientos en beneficio de todos.
En Venezuela lo viejo, lo gastado y negativo, es la confrontación extrema y la búsqueda del exterminio del contrario. Lo nuevo, lo esperanzador, son los esfuerzos por promover acuerdos y entendimientos para sacar al país de abajo.
Desde Soluciones para Venezuela felicitamos este Convenio y hacemos votos por su buena ejecución.
Por Venezuela,
Claudio Fermín
Pesidente
Soluciones para Venezuela
Información : Prensa Soluciones par Venezuela|
Transcripción y Embeds (Videos | Tweets): Lcdo. Carlos Romero |C.N.P. 24.081|
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