A 199 años del histórico acontecimiento reproducimos adjuntos (Video y PDF) cortesía del Centro Nacional de Historia y documental de Zoum Domiguez
La conformación de un ejército
El cuerpo de élite del ejército de Bolívar, que el Libertador cuidaba con esmero, era ése que en sus cartas y comunicaciones él llama La Guardia. La Guardia de Honor fue creada por el Libertador en 1815 para garantizar la seguridad del Jefe Supremo. Era, a ejemplo de la división con que Napoleón revolucionó la guerra en Europa, un cuerpo mixto de varias fuerzas: zapadores, granaderos, artillería y caballería. Para 1820, La Guardia había crecido significativamente y constaba de dos brigadas. Ella sería la columna vertebral en la conformación del ejército libertador de Carabobo.
En el ejército de la Independencia varios batallones de infantería constituían una brigada, y varias brigadas una división. La unidad mayor para la fuerza de artillería era la compañía, y para la caballería lo era el regimiento. Un batallón podía integrar de 5 a 9 compañías. Un regimiento comprendía 2 escuadrones, cada uno de los cuales estaba formado por 2 compañías de 50 hombres cada una.
Bolívar contaba en su planificación con tres grandes fuerzas: el Ejército del Sur, estacionado en Apure y comandado por Páez; el Ejército de Oriente, que reagrupaba bajo el mando del general Carlos Soublette, también vicepresidente del Departamento de Venezuela, las diversas guerrillas orientales y las fuerzas margariteñas que debía aportar Arismendi; el Ejército del Norte, cuya base era una de las brigadas de La Guardia, a cuya cabeza estaba el muy confiable Urdaneta, quien debía aglomerar fuerzas en Maracaibo y sumar otras procedentes del norte de Nueva Granada.
El gran problema de Bolívar era concentrar las grandes unidades dispersas para dar frente a Miguel de La Torre, evitando una respuesta masiva de éste que pudiera diezmar los contingentes aislados.
Cada vez aparecía más claramente en los planes de Bolívar la intención de acumular una fuerza consistente en los llanos de Occidente —primero en Barinas o en Guanare, y definitivamente en San Carlos—, capaz de dar una batalla definitiva en el corazón de Venezuela, ocupado por las fuerzas realistas. Pero era preciso desarticular el férreo dispositivo que había adoptado La Torre en torno a la provincia de Caracas.
Para este fin, el Libertador dispuso de una serie de diversiones, vale decir, operaciones de distracción de las fuerzas enemigas, con la intención de desagruparlas y de confundirlas en cuanto a su intención estratégica.
La principal de estas diversiones, la toma de Caracas, sería obra del Ejército de Oriente, y en especial de las fuerzas mandadas por el general José Francisco Bermúdez.
La batalla de Caracas
Una de las posiciones más fuertes del ejército realista venía de su dominio sobre los altos llanos de Guárico. En Calabozo se apostaba Francisco Tomás Morales, viejo enemigo de los patriotas desde los tiempos de José Tomás Boves, mandando la división de vanguardia del ejército español, que incluía 10 regimientos de caballería.
Siguiendo las órdenes del Libertador, Bermúdez, al mando de unos 1.200 soldados, avanzó desde el Unare sobre Caracas, burlando a las fuerzas españolas y batiéndolas en el río El Guapo, para marchar hasta Caucagua y dar la batalla en Guatire, donde puso en fuga a más de 700 realistas en el Trapiche de Ibarra, el 12 de mayo de 1821.
El 14 de mayo, a las cinco de la tarde, Bermúdez entró con las tropas patriotas a la ciudad, que había sido evacuada por los españoles. El historiador Vicente Lecuna narra escenas de esta liberación de Caracas, sometida al yugo español desde 1814:
“Pasada la sorpresa, grupos de toda clase de gentes, que en años anteriores habían perdido la esperanza de recuperar la libertad, prorrumpieron en vítores al héroe de Colombia. El ayuntamiento y los ciudadanos pasearon su retrato al frente de las tropas en medio de salvas de artillería y repiques de campana. Hombres, mujeres y niños, víctimas de persecuciones, de la emigración y la servidumbre, lo aclamaban con delirio”.
Casi de inmediato, nutrido de nuevas fuerzas gracias a los voluntarios de Caracas y La Guaira, Bermúdez marchó a los valles de Aragua y el día 20 ocupó La Victoria. La Torre, preocupado por la caída de Caracas, ordenó a Morales detener al general patriota. Agotadas casi todas sus municiones, Bermúdez dejó La Victoria a Morales el día 24 y retrocedió hasta Caracas, para evacuarla el 26 de mayo y marchar en retirada hacia Guatire, perseguido por el brigadier Pereira con el batallón Valencey.
La liberación y pérdida de Caracas ejecutada por el general Bermúdez desestructuró toda la formación del ejército de La Torre, quien optó por proteger sus propias espaldas y abandonó su plan de atacar a Bolívar en Guanare. Con este repliegue envió sus mejores contingentes a defender la capital, desguarneciendo el occidente y permitiendo la caída de Coro y de Barquisimeto. La vanguardia de Morales, moviéndose hacia el norte, dejó libre el flanco sur de La Torre para que avanzara el ejército de Páez.
El general Bermúdez había perdido la batalla de Caracas, pero el Ejército Libertador ganaría gracias a sus operaciones la batalla de Carabobo.
El combate final
Mientras el ejército español se descolocaba y perdía fuerza gracias a las diversiones al oeste de Valencia y sobre Caracas, el Ejército del Norte avanzó hasta Barquisimeto, habiendo libertado Coro, y desde allí marchó hacia San Carlos, donde Bolívar lo aguardaba con la otra brigada de La Guardia. A causa de una enfermedad, el general Urdaneta no pudo conducir sus unidades hasta Carabobo. El Ejército del Sur, guiado por Páez, saliendo de Achaguas cruzó el río Apure, concentrando 1.000 infantes y 1.500 jinetes, además de 2.000 caballos de recambio y de 4.000 reses muy necesitadas por los patriotas. San Carlos fue el punto de concentración de todas las fuerzas. Los españoles desalojaron la plaza sin combatir y reforzaron su posición en la llanura central de Carabobo.
El 23 de junio de 1821, Bolívar pasará revista al Ejército Libertador en la llanura de Taguanes. Está formado por tres divisiones: Primera División (vanguardia), mandada por Páez; Segunda División (centro), mandada por Manuel Cedeño y Tercera División (reserva), mandada por Ambrosio Plaza. La división de vanguardia consta de dos batallones de infantería y siete regimientos de caballería. Uno de los batallones es el Bravos de Apure, y el otro el Cazadores Británicos, el cual será rebautizado como Batallón Carabobo después de la batalla.
El Correo Extraordinario del Orinoco publicaría en Angostura, la mañana del miércoles 25 de julio, el parte de Carabobo dirigido por Bolívar al Congreso de Colombia: “Excelentísimo Señor.— Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia (…) El ejército español pasaba de 6000 hombres, compuesto de lo mejor de las expediciones pacificadoras. Este ejército dejó de serlo: 400 hombres habrán entrado hoy a Puerto Cabello. El Ejército Libertador tenía igual fuerza que el enemigo; pero no más que una quinta parte de él ha decidido la batalla. Nuestra pérdida no es sino dolorosa: apenas 200 muertos y heridos (…) Acepte el Congreso Soberano, en nombre de los bravos que tengo la honra de mandar, el homenaje de un ejército rendido, el más grande y más hermoso que ha hecho armas en Colombia en un campo de batalla”.
Días después, La Torre, que se había refugiado en Puerto Cabello tras la derrota, escribiría a Bolívar: “Ha llegado a mí noticia que por V.E. han sido tratados con toda consideración los individuos del ejército de mi mando que han tenido la desgracia de ser prisioneros de guerra. Doy a V.E. las gracias por este rasgo de humanidad, que me hace disminuir el sentimiento de la suerte de dichos individuos…”
El mariscal Miguel de La Torre permaneció en Venezuela atrincherado en Puerto Cabello hasta julio de 1822, cuando fue transferido a Puerto Rico, dejando el ejército español al mando de Morales. Éste capituló en agosto de 1823, luego de la derrota naval en el lago de Maracaibo el 24 de julio, contienda que selló la Independencia de Venezuela.
Boletin en PDF, cortesía del Centro Nacional de Historia:
Documental complementario «Campaña de Carabobo, más que una batalla», cortesía de Zoum Domínguez:
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Información: Boletín en formato PDF de cnh.gob.ve| Zoum Domínguez|
Transcripción y Embeds (Videos | Tweets): Lcdo. Carlos Romero |C.N.P. 24.081|
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