Precios de alimentos e Insumos superan el salario mínimo
Aunque en el centro de Valencia existe una amplia gama de precios y opciones, la ropa y el calzado siguen siendo inalcanzables para los bolsillos de buena parte de los carabobeños. Esto se ve reflejado en la caída de las ventas, respecto a 2019, registrada por los comerciantes en el Boulevard Constitución, a menos de un día del 24 de diciembre.
Maritza Ramírez, quien tiene tres años trabajando en una tienda de ropa en el concurrido boulevard, recuerda bien que para estas fechas las calles del centro se volvían prácticamente intransitables y desde tempranas horas de la mañana los locales comerciales estaban abarrotados de personas queriendo comprar los tradicionales estrenos decembrinos.
El panorama de este diciembre no es ni siquiera similar al del año pasado. Al menos hasta las 10:00 a.m. la concurrencia estaba muy lejos de ser masiva. “Las ventas han sido muy malas por falta de dinero. Hay unos que pueden conseguir divisas, pero otros que no y eso está afectando”, explicó.
Cinco dólares es el precio que se repite como una “gran oferta” en las vitrinas de casi todos los locales comerciales, incluyendo en el que trabaja Rodríguez. Es lo mínimo que cuesta desde un par de zapatos hasta una franela sencilla.
Aun así, se trata de un monto impagable para alguien que devengue sueldo mínimo, establecido por el gobierno en 400 mil bolívares, que equivalen a menos de medio dólar de acuerdo a la tasa de cambio paralela del día.
Comprar telas también se hizo inviable
Hace un par de años, cuando comenzaba a gestarse el proceso hiperinflacionario que pulverizó el valor del bolívar, muchas familias resolvían los estrenos decembrinos de grandes y pequeños comprando las telas y mandando a hacer las diferentes piezas con alguna costurera de confianza. Era un poco más barato que comprar la ropa ya lista en una tienda.
Sin embargo, actualmente esta alternativa dejó de ser una opción viable debido al incremento del precio de las telas. “Mandar a hacer la ropa sale ahora igual que comprarla ya hecha y a veces hasta más costoso, porque se tiene que pagar la mano de obra”, dijo a El Carabobeño Isneydi Pinto, empleada de un establecimiento de venta de telas en la céntrica calle Páez.
Como consecuencia, sostuvo, este diciembre las ventas han estado “más bajas” que el año anterior en la tienda en la que trabaja, ya que las personas que están dentro del porcentaje que sí tienen los recursos para invertir en ropa nueva esta temporada, prefieren comprar las piezas listas.
El precio promedio, por metro, de las telas que suelen comprar los usuarios para la confección de franelas o camisas es de casi cuatro millones, detalló Pinto, lo que equivale a unos cuatro dólares. Para hacer una camisa de mangas largas se necesitan al menos dos metros de tela, que representan una inversión de ocho dólares, sin contar la mano de obra.
Sin capacidad de compras y falta de gas
En cuanto bienes, alimentos y servicios, este año la crisis económica por la que atraviesa Venezuela no es el único problema que interfiere en la celebración de la Navidad. Se le suma la escasez de gas doméstico que impide preparar recetas tradicionales que requieren varias horas de cocción en horno, como el pernil o el asado negro.
Los precios son la primera traba de muchas personas para acceder a las proteínas que forman parte del plato navideño venezolano. En las carnicerías de Carabobo, el precio promedio del kilogramo de pernil ronda los tres millones de bolívares, el de muchacho alcanza los dos millones 800 mil y el de pollo se consigue en un millón 800 mil.
En un país en el que el sueldo mínimo es de menos de medio dólar, estos productos son impagables para un porcentaje de la población bastante amplio. Se requerirían al menos 15 salarios mínimos de 400 mil bolívares para comprar dos kilogramos de pernil.
Es por eso que Sonia Martínez y su familia de cuatro integrantes no incluirán ninguna de estas preparaciones en su cena del 24 de diciembre. “Este año gracias a Dios pudimos hacer unas poquitas hallacas. Mañana haremos la ensala
Para ella el simple hecho de haber podido hacer las hallacas suficientes para las festividades de Navidad y Año Nuevo representa un logro, tomando en cuenta se necesitan desembolsar alrededor de 52 millones 850 mil bolívares (casi 50 dólares) si se quiere preparar unas 50 unidades, según el estadio Cesta Carabobo.
A otras personas, como Francisco Gómez, los frena la falta de gas doméstico para cocinar. “Es imposible que podamos preparar un pernil en una cocina eléctrica y nosotros no tenemos horno eléctrico. Ni si quiera un pollo entero, porque también se lleva su tiempo”, dijo este miércoles 23 de diciembre a El Carabobeño.
Gómez ya se resignó a que en su plato solo habrá hallaca, ensalada de gallina y pan de jamón. Sabe que, a pesar de todo, es afortunado. Agregó que el fin de semana pasado su familia preparó las hallacas a leña, porque llevan más de tres meses sin gas.
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Información: Kevin Arteaga González | El Carabobeño.com |
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